Clasificación de las convulsiones
Revisado médicamente por el equipo médico de Centro Aura, México - Actualizado el 10 de febrero 2023. (Tiempo de lectura: 5 minutos).
Las convulsiones se dividen en dos categorías principales: focales y generalizadas. Existen varias formas de clasificar las crisis convulsivas, pero la más común es la clasificación de la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE). Esta clasificación se basa en la descripción clínica de la crisis convulsiva y en la ubicación del origen de la actividad eléctrica anormal en el cerebro.
Convulsiones focales
Las convulsiones focales, anteriormente conocidas como parciales, se originan en un área específica del cerebro. Estas crisis pueden ser simples o complejas, según si la conciencia se ve afectada o no.
Las convulsiones focales simples se caracterizan por movimientos musculares anormales, sensaciones anormales o cambios en la percepción sin alteración de la conciencia. Las convulsiones focales complejas implican un cambio en el estado de conciencia y pueden manifestarse como comportamientos automáticos o una alteración de la conciencia.
1. Convulsiones focales simples
Estas se caracterizan por un cambio en la actividad eléctrica en una sola parte del cerebro. Estas crisis pueden provocar una sensación de hormigueo, un cambio en la percepción visual o auditiva, o un movimiento involuntario de un solo miembro. A veces, estas crisis convulsivas pueden durar solo unos segundos y pueden pasar desapercibidas. Sin embargo, si se producen con frecuencia, pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente.
2. Convulsiones focales complejas
Estas involucran una actividad eléctrica anormal en una parte del cerebro que puede propagarse a otras áreas del cerebro. Esto puede provocar síntomas más graves, como la pérdida de conciencia o la aparición de movimientos involuntarios complejos, como el chasquido de los labios o la repetición de palabras. Estas crisis convulsivas pueden durar más tiempo que las crisis focales simples y pueden tardar en recuperarse después de que la convulsión ha terminado.
Convulsiones generalizadas
Las convulsiones generalizadas involucran toda el área del cerebro y se dividen en seis subtipos:
1. Las convulsiones tónico-clónicas
Son un tipo de crisis epiléptica generalizada que se caracterizan por una fase tónica seguida de una fase clónica. Durante la fase tónica, el cuerpo se pone rígido y la persona puede perder el conocimiento y caer al suelo. En la fase clónica, se producen movimientos involuntarios y espasmódicos de los músculos, y la respiración puede ser superficial o detenerse por completo. Las convulsiones tónico-clónicas suelen durar varios minutos y pueden ser muy agotadoras para la persona afectada. Después de la convulsión, la persona puede sentirse confundida, cansada y con dolores musculares.
2. Las ausencias
Las ausencias epilépticas son un tipo de crisis epiléptica generalizada que se caracteriza por breves períodos de pérdida de conciencia y desconexión con el entorno. Durante una ausencia, la persona puede detener lo que está haciendo, quedarse inmóvil y tener una mirada fija o ausente en el rostro. Estas crisis pueden durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos y, en la mayoría de los casos, la persona no recuerda lo que sucedió durante la crisis. Las ausencias epilépticas son más comunes en niños y adolescentes y, a menudo, pueden confundirse con distracciones o falta de atención, lo que puede retrasar el diagnóstico y tratamiento adecuados.
3. Las convulsiones mioclónicas
Las convulsiones mioclónicas son un tipo de convulsión que se caracterizan por la contracción involuntaria y súbita de un grupo de músculos en el cuerpo, lo que provoca movimientos bruscos y rápidos. Estas contracciones pueden afectar a diferentes partes del cuerpo, como los brazos, las piernas, el cuello o la cabeza, y pueden durar desde fracciones de segundo hasta varios segundos. Las crisis mioclónicas pueden ser causadas por diferentes factores, como enfermedades neurológicas, trastornos metabólicos, traumatismos craneales o exposición a ciertas sustancias tóxicas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos anticonvulsivos, terapia ocupacional o fisioterapia.
4. Las convulsiones atónicas
Las convulsiones atónicas, también conocidas como crisis de caída, son un tipo de convulsión generalizada que se caracterizan por una pérdida repentina del tono muscular y una caída abrupta al suelo. Durante una convulsión atónica, la persona afectada puede perder el control de sus músculos y caer al suelo sin advertencia previa. Estas crisis suelen durar unos pocos segundos, pero pueden provocar lesiones si la persona se golpea al caer. Las crisis atónicas pueden ser causadas por diversas condiciones médicas, como la epilepsia, el síndrome de Lennox-Gastaut, el síndrome de Dravet o la esclerosis tuberosa. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos antiepilépticos, terapia conductual o cirugía.
5. Las convulsiones tónicas
Las convulsiones tónicas son un tipo de crisis convulsiva que se caracteriza por la contracción sostenida e involuntaria de los músculos de todo el cuerpo. Durante una convulsión tónica, la persona afectada puede experimentar rigidez muscular, pérdida del conocimiento y caídas repentinas. También puede presentarse apnea, es decir, una interrupción temporal de la respiración, lo que puede llevar a la cianosis (coloración azulada de la piel y las mucosas debido a la falta de oxígeno). Las crisis tónicas pueden ser causadas por diversas enfermedades o afecciones neurológicas, y pueden ser tratadas con medicamentos antiepilépticos. En algunos casos, se pueden prevenir mediante la identificación y el manejo de los factores desencadenantes.
Conclusión
Clasificar las convulsiones es importante para determinar el tratamiento y la gestión adecuados. La clasificación de la ILAE. es la más utilizada y se basa en la descripción clínica de la convulsión y en la ubicación del origen de la actividad eléctrica anormal en el cerebro. La clasificación divide las divide en dos categorías principales: focales y generalizadas, cada una con subtipos específicos. Es importante que los profesionales médicos estén familiarizados con esta clasificación y la utilicen para mejorar la atención al paciente con convulsiones.